Mi hijo mayor cumple 15 años hoy. Por alguna razón le hemos dado un lugar especial a esta edad, pero ¿qué significa realmente? Según la historia, la tradición en América Latina proviene de las culturas azteca y maya, donde se creía que las niñas se convertían en adultas y tenían edad suficiente para asumir nuevas responsabilidades, tal vez casarse y tener hijos 🤷‍♀️. En Europa, algo parecido era el baile de debutante a los 17 o 18 años como señal de tener edad suficiente para entrar en la sociedad, y los Sweet 16 en Estados Unidos como símbolo de entrar en la sociedad para encontrar un marido adecuado. Todas estas tradiciones marcaban que las niñas se convirtieran en jóvenes adultas. ¿Para qué? Si me preguntan a mi, suena como un escenario para mostrar un nuevo objeto brillante para ser visto y adquirido: cuanto hemos avanzado. ¿Cómo cambia esto tu perspectiva sobre la Quinceañera? ¿Y por qué 15 años es la edad adulta en América Latina y es más en otras culturas? ¿Y por qué se enfoca sólo en las niñas? No importa el origen, el problema es que todavía nos aferramos a las tradiciones sin cuestionarnos si están alineadas con nuestros valores y creencias actuales. No me malinterpretes, me encantan las fiestas y los vestidos y celebrar todo el tiempo, pero prefiero celebrar la vida tal como es antes de quedarme estancada en algún viejo patrón que no se alinea con mi perspectiva de la vida. Cuestionaré siempre todo para sacar mis propias conclusiones sobre algo que haré o que se reflejará en  mis hijos y su manera de pensar y actuar. Entonces, volvamos a mi hijo. Es un ser humano maravilloso, al igual que su hermana menor de 12 años, y cada año soy testigo de su evolución y de lo que están aportando con sus pensamientos, valores y experiencias. A los 13, 15 o 25 años seguiré admirando cómo cada uno de ellos crece en sabiduría a través de sus propias decisiones y errores, asumiendo más responsabilidades a medida que pasa el tiempo. Me niego a hacer los 15 más especiales que los 13 o los 30, porque mientras estén vivos y creciendo, me gustaría que recibieran cada año con más alegría, conciencia e independencia, un corazón resplandeciente y una respuesta compasiva a la vida misma. Cada año tiene sus propios desafíos y alegrías; cada año es una oportunidad para reflexionar sobre cuánto han crecido, estar agradecidos por ser parte de la raza humana y enfrentar nuevos desafíos y lecciones. Dicho esto, paso a los regalos. ¿Por qué esperar hasta los 15 años para una gran fiesta, un viaje o un regalo? ¿Por qué no ahora, sin importar la edad a la que estén llegando? ¿Y por qué sólo las niñas deben ser parte de una celebración o, mejor dicho, una ofrenda a la sociedad? ¿Qué dice eso sobre nuestros valores y sistemas de creencias? ¿Qué pasa después de los 15? ¿No hay otra época digna de este tipo de celebración y regalo? ¿Y por qué? Hoy rompemos esa regla; hoy celebramos un nuevo año, entre nuestra familia más cercana y una deliciosa cena casera que mi hijo eligió y disfruta. Mañana será exactamente el mismo, con un nuevo recuerdo feliz en su mente, espero, pero el mismo, sólo 24 horas mayor, y en un camino hacia un crecimiento continuo, un crecimiento sin fin. Entonces, si realmente estás celebrando en grande, está perfectamente bien. Sólo me gustaría que consideraras las razones detrás de esto y dejaras de repetir patrones sólo porque todos los demás siempre lo han hecho. Busca un propósito, un motivo, y si eso es “quiero una gran fiesta”, que así sea, pero explícaselo a tus pequeñas para que no pase como una fiesta más o un hito que ni siquiera conocen. Por supuesto, celebrá la vida, pero hacelo todos los días, todos los años. No dejes de celebrar. Mi deseo para vos es una vida en constante crecimiento, una mayor conciencia y una vida llena de propósito para vos y tus seres queridos. Sin estrés innecesario, sin invitaciones obligadas, sin fingir. Sólo vivir mejor y siempre crecer, aprender y cambiar. ¡Felices 15! Mi Piki, que celebremos siempre, lo bueno y lo malo; que siempre crezcamos juntos; que siempre me enseñes una mejor lección; que siempre encontremos una manera de enfrentar los desafíos de la vida; y que siempre encontremos juntos nuevos motivos y propósitos. ¡Celebremos!